Entrevista a Ernesto Gallud, responsable de la guía de vinos “Sin mala uva” (Parte II).

Porque al estar habituado a verlo en casa, lo consideran producto de consumo habitual, de hecho en España está considerado fiscalmente como un alimento, siendo de los pocos países del mundo que no cobra impuestos por ello.
También existe una diferencia enorme de precios entre unos y otros. (Como en automóviles o perfumes, muchas personas intentan diferenciarse con marcas y productos más caros)

-¿Hay algún vino más «fácil» que otros para aquellos que quieran iniciarse?

Los vinos son accesorios para el disfrute de las sensaciones humanas, por tanto no son lo importantes. Lo principal es conocerse uno a sí mismo, aprender a disfrutar de las sensaciones personales. De la misma forma que hay personas que disfrutan con los sabores picantes y otras no, el vino es exactamente igual. Hay vinos de muchos tipos, con muchos criterios de selección. Por eso son importantes las Guías. Debido a ello considero fundamental conocer posibles armonías y probar muchos vinos de variedades distintas para encontrar la variedad necesaria que disfrutar con las cosas que te gustan.

-¿Qué opinión te merecen las bebidas que mezclan el vino con otros productos como gaseosas, licores, frutas…?

Como en la pregunta anterior, creo que cada persona es libre de disfrutar con aquello que considere y pague. Ahora bien, si la calidad de las bebidas es muy buena, mucho mejor el resultado.

-Te muestras bastante crítico al respecto de la exportación de los vinos españoles, pero no hay más que ir a los supermercados de cualquier país del importante mercado asiático para comprobar que son otros países europeos los que copan productos en los que España podría ser muy competitiva y con una calidad igual e incluso superior. ¿A qué crees que se debe esto? ¿Es necesario un mayor apoyo por parte gubernamental? ¿Es el clásico «miedo» de muchos empresarios españoles a lo asiático pues se sienten mucho más cómodos teniendo al mercado sudamericano?

La verdad es que la exportación del vino se comporta como la de cualquier otro producto agrario. Estamos más preocupados que nos compren los productos que de venderlos.

Aun así, el vino español ha aumentado sus ventas al exterior de forma extraordinaria gracias a que otros países como Francia sí se dedican a «venderlo» promocionando todo lo que haya que promocionar para que compren vino francés. España le proporciona el 50 % del vino que exporta.

En España la promoción pierde mucho gas cuando en una feria internacional el vino de España no se presenta como tal y se vende por denominaciones de origen, por regiones o como sea, pero casi nunca bajo la marca ESPAÑA.